Martes, 30 Julio 2013 00:00

La Penela

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La entrada

Clasica Madrid Una-y-no-mas

 

En esta ocasión habíamos estado haciendo unas gestiones por la zona de Chamartin y decidimos probar en un restaurante gallego. El establecimiento elegido fue la penela de la calle infanta Mercedes.

Si bien la entrada es bastante moderna el local es bastante clásico con las mesas elegantemente vestidas. En cuanto entramos al comedor un solícito camarero nos acompañó a nuestra mesa. La única libre ya que el local estaba abarrotado.

La tortilla de BetanzosPor recomendación del camarero pedimos la famosa tortilla de Betanzos, croquetas y tigres. De segundo ternera guisada y mero. Tanto las croquetas como los tigres eran reflejo de la preponderancia de la comodidad al rebozar sobre la finura del resultado que existe en la cocina actual. Masa excesivamente espesa para mi gusto, y para rematarlo grasientos a más no poder. No creo que repita ese plato.

En cuanto a la famosa tortilla de Betanzos... Es un plato sorprendente.  La duda es si en Betanzos las hacen así de verdad o si no se parece en nada a aquella. En cualquier caso entiendo que la tortilla de patata es una unidad de huevo y patata, independientemente de lo jugosa que desees dejarla. En este caso no es así. Es una tortilla francesa con alguna patata dentro. Y el huevo no es que esté poco cuajado directamente está líquido. A mi personalemente no me gustó.

La ternera guisadaA estas alturas la experiencia no estaba siendo satisfactoria en absoluto. Sin embargo los segundos fueron un cambio diametral en la comida. La ternera guisada estaba tierna y tenía tal sabor, fruto sin duda de una prolongada reducción a fuego lento, que me recordó a los guisos de mi abuela, y a mi niñez. Sin duda un plato soberbio. Y las patatas tostadas y empapadas del sabor de la salsa estaban deliciosas.

El mero estaba muy bien hecho, jugoso por dentro y marcado en la superficie para dar sabores tostados, y de una calidad fuera de toda duda. Un plato muy bien ejecutado, sin embargo no podemos decir lo mismo de las patatas de la guarnición,  que eran preciosas y torneadas pero estaban medio crudas y el aceite de perejil no tenía sabor ninguno.

El meroDe postre mi mujer pidió leche frita y yo helado de vainilla. La leche frita tenía el mismo fallo que las croquetas, la masa era demasiado espesa y como resultado el postre resultaba pesado.

Para redondear la experiencia en otra ocasión visitamos su establecimiento de la calle Velazquez. Como en la anterior ocasión el restaurante estaba lleno. Sin embargo la atención no fue como en el otro. El camarero no fue tan amable, el pan nos lo sirvieron despues del primero, se olvidaban del agua, y el tiempo de espera entre primeros y segundos, y entre éstos y el postre fue eterno.Durante la comida no había manera de hablar con un camarero, estaban agobiados con el local lleno. Sin embargo con el local ya casi vacío me ofrecieron el café tres personas distintas. Lo que indica también falta de coordinación.

La leche fritaMi señora quiso que probásemos la tortilla para ver si lo del otro era un error o un modo de hacerlo. De segundo pedimos lubina a la gallega y solomillo. El resultado fue muy parecido. Un primero que no llegaba al nivel requerido. En cuanto a los segundos si bien la carne era de una excelente calidad y de una ternura exquisita... el único mérito que tuvo el cocinero fue marcarla un poco (ya que me gusta muy poco hecha), sin embargo la lubina estaba pasada por fuera y cruda junto a la espina y la salsa de pimentón le quitaba todo el sabor. No pedimos postre.

Una vez analizadas las dos experiencias, teniendo en cuenta lo irregular del servicio, y pese a los aciertos de algunos platos el hecho de que al final comer en este restaurante sale por más de 50 euros sin vino, y ello hace que en relación calidad precio sea una y no más. En caso de querer probarlo hacedlo en el de Infanta Mercedes.

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Leído 1583 veces Modificado por última vez en Martes, 30 Julio 2013 11:20
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Desde que tengo recuerdos, siempre has estado a mi lado, e incluso antes de lo que puedo recordar. En tu nombre y siempre junto a ti he vivido; y muchas son las vivencias en las que siempre apareces. No hay día en que no piense en ti, y si un día no te he visto... no ha sido lo mismo.


Por ello, hoy, creo que estoy preparado para reconocer la importancia que tienes en mi vida, es más, reconozco que sin ti no entiendo la vida. Y por ello quiero publicar este blog para que todo el mundo lo sepa.

LoGourmet